«E.P. Thompson y la formación de la clase obrera en Inglaterra»: Jornada de Debate

Jornada de Debate organizadas por la Fundación 1º de Mayo y la Fundación de Investigaciones Marxistas, el 27 y 28  de junio de 2013 en la Escuela Juan Muñiz Zapico de Comisiones Obreras.

Se cumplen cincuenta años de la publicación de La formación de la clase obrera en Inglaterra, de Edward P. Thompson, uno de los libros más influyentes de la segunda mitad del siglo XX, incluso más allá de la historiografía. El libro y, más en general, la obra de Thompson en su conjunto plantea elementos teóricos y categorías analíticas claves para la comprensión histórica y de la dinámica social, cultural y política.

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Refactoring Impact

SPOTLIGHT ON BERT TIMMERMANS, UNIVERSITY OF ABERDEEN

by Courtney Quirin

Bert Timmermans

When trying to wrap his head around murky measures of research impact, like the h-index, psychology lecturer Bert Timmermans of the University of Aberdeen can’t help but say: “I don’t think these massive amounts of metrics and measures of impact are really doing science much good.»

Consequently when ResearchGate released their nebulous impact score in 2012, Bert closed down his ResearchGate account immediately and made his Academia.edu profile his go-to account for keeping an online repository, tracking documents views, and linking to other academics and research topics.

“What is really nice about Academia.edu is that it specifically does not have an impact score,” says Bert on why he turned to Academia.edu. Seguir leyendo Refactoring Impact

«The Language Question in Marxism: Brecht, Gramsci and Wittgenstein»: Wolfgang Fritz Haug

The title pretends too much. The scope of my remarks is in a way quite modest. I want to show that in the creative laboratory of the twenties and early thirties there are innovative elements in Marxist thought of great theoretical productivity. These promising beginnings were prevented from developing by Stalinism, World War II and the subsequent Cold War period. My argument is, that some of these elements meet vital needs of Marxist thought today. This leads to the immodest side of my argument: Here I pretend that Marxist thought or the philosophical discourse of Marxism is in need of being reinvented. The various sedimented philosophies which occupy its field are disparate and at least partly dead. It is time to reinvent, because the time of the old mainstream-Marxisms has run out. This is one element of truth in post-marxisms. There is only one way to »win back« the initiative…

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Marketizing Schools

and

We want one class of persons to have a liberal education, and we want another class of persons, a very much larger class, of necessity, in every society, to forgo the privileges of a liberal education and fit themselves to perform specific difficult manual tasks.

—Woodrow Wilson, then president of Princeton University

Though the U.S. ruling class is divided on some issues—how quickly to attack Iran, how much to cut Social Security and Medicare, whether homosexuals should be tolerated or treated as the spawn of Satan—they are united on one thing: the need to “reform” the public school system. “Reform” means more tests, more market mechanisms, and fewer teachers’ unions.

The agenda has deep bipartisan roots. For example, one of the foundational documents of the movement was a book written by John Chubb and Terry Moe, Politics, Markets, and America’s Schools, published in 1990 by the Brookings Institution.1 Moe is a fellow at the Hoover Institution, a right-wing think tanks housed at Stanford University, and Chubb is a fellow at Brookings, a centrist Democrat think tank. Just as Brookings published papers in the 1970s arguing for the deregulation of airlines and trucking that were indistinguishable from those published by the conservative American Enterprise Institute—an agenda that became policy and, among other things, largely destroyed unions in both industries—Brookings and Stanford agree on this one too. Seguir leyendo Marketizing Schools

Recursos para el aprendizaje de gestión y diseño de asignaturas en Moodle / Asignaturas de prueba en moodle, tutoriales y ejemplos / Pedro A. García Bilbao

Sociología crítica

Recursos para el aprendizaje de gestión y diseño de asignaturas en Moodle.

1º La plataforma virtual de la Universidad de Sevilla tiene montada en abierto una asignatura sobre cómo gestionar cursos de moodle. Mediante esta asignatura los profesores pueden ver un ejemplo activo de uso de este programa; es excelente para ver cómo funciona el interfaz. De hecho la plataforma de aprendizaje de la universidad está montada en moodle. Es muy útil, pues permite acceder como alumno al profesor en ese entorno y familiarizarse así desde el principio con lo que luego será el interfaz que usen los estudiantes. El uso operativo pleno exige estar dado de alta en el servicio, pero la parte en abierto es bastante útil.

He de decir que lo básico en este programa de gestión de cursos, asignaturas y aprendizaje (moodle) es conocer bien la propia materia y nuestra propia línea docente y pedagógica. Sin…

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Esclavos rumanos y búlgaros en Alemania

Niña rumana
eldiario.es
Un equipo de TV destapa un nuevo escándalo de -sobre-explotación laboral. Cientos de trabajadores son empleados en condiciones de esclavitud. Viven en el campo hacinados en casetas rodeadas de alambre de espino
“Esclavos asalariados en Alemania” es el título del documental que emitió el lunes la televisión pública alemana, Das Erste. En dicho reportaje muestran las condiciones laborales y de habitabilidad de cientos de trabajadores provenientes de Europa del este, sobre todo de Rumanía y de Bulgaria, en varios mataderos alemanes.
En eldiario.es exponíamos hace unos meses cómo a un grupo de enfermeros españoles les ofrecieron trabajar en la industria cárnica con condiciones similares a las descritas en el reportaje. Por suerte, no se vieron obligados a aceptar el empleo. Aunque a Aurora y a los otros enfermeros les ofrecieron vivir en un piso patera, lo más trágico de la historia que relata el reportaje no es la existencia de dichos alojamientos masificados en casas particulares.El reportero se acerca a uno de los centros de albergue para trabajadores de la empresa Wiesenhof, una de las mayores productoras de carnes de Alemania, en la región de Bremen. Allí comprueba que, además de encontrarse en medio del campo y sin transporte de línea, las casetas en las que se alojan cientos de trabajadores se encuentran vigiladas y rodeadas por alambre de espino. El periodista trata de entrar en las instalaciones y el servicio de seguridad se lo impide. “Vengo a visitar a un conocido, ¿porqué no puedo entrar, no son personas libres las que ahí viven, no pagan un alquiler?” “Porque el propietario no quiere”, obtiene por toda respuesta. Seguir leyendo Esclavos rumanos y búlgaros en Alemania

EUA: Estado paranoico

Save_Snowden
Pedro Miguel
Uno no querría describirlo así porque suena desorbitado, pero ahí están las pruebas: entre las administraciones de George W. Bush y las de Barack Obama, Estados Unidos se ha vuelto el gobierno más paranoico del mundo y hoy lo es mucho más que en los tiempos del macartismo y de la guerra fría, cuando poseía, al menos, argumentos verosímiles –aunque no necesariamente verdaderos– para mantener a millones de personas, estadunidenses o no, bajo un régimen de vigilancia estrecha y secreta: en aquellos tiempos la confrontación entre las superpotencias tenía entre sus perspectivas la del cataclismo nuclear o destrucción mutua asegurada (MAD, por sus siglas en inglés) y era propagandísticamente fácil dividir al mundo en buenos y malos. Ese telón de fondo dio a Washington pretextos para espiar y hostigar a individuos tan ajenos a una bomba atómica como Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes, por ejemplo.

En los años 90 del siglo pasado tuvieron lugar dos fenómenos que habrían debido reorientar en forma radical la política exterior y la estrategia de seguridad estadunidenses: la desaparición del bloque soviético y el inicio de la masificación de Internet. El primero hacía obsoleta tanto la fuerza armada como la enorme infraestructura mundial de vigilancia y espionaje montada por Washington y la segunda conllevaba dos reglas de signo contrapuesto: si por un lado la proliferación de nodos de Internet facilitaba la tarea de espiar a los usuarios, por otro colocaba en un nivel de gran vulnerabilidad una gran cantidad de secretos de Estado, toda vez que éstos, de una forma u otra, irían a parar a contenedores (servidores) conectados a la red mundial. Seguir leyendo EUA: Estado paranoico

Intelectuales públicos y telectuales

Telectuales_mexicanosRafael Barajas, el Fisgón

Cuentan que, en tiempos de Luis Echeverría, un viejo gobernador priísta contrató a un joven intelectual marxista para que le hiciera los discursos. El escritor, en un acto de provocación, redactó un discurso radical que hablaba de “lucha de clases” y “explotación”, y concluía con un llamado a las masas a luchar contra el régimen. El político revisó el discurso antes de leerlo en público y le hizo al provocador una sola petición: “Ponle más de eso que no se entiende.”

Desde siempre, en México, la gente del poder ha buscado a intelectuales para que le articulen sus discursos y por ello los adula, aunque los ve con cierto desprecio.

El intelectual público

Sin duda, los intelectuales han tenido un papel muy importante en la vida de México, en especial cuando asumen la figura del intelectual público. Un intelectual público es el que desempeña un papel activo ante los problemas de la sociedad; es un ser reflexivo que descifra fenómenos complejos y puede opinar sobre ellos; es a la vez un pensador independiente, alejado del poder, un divulgador y un activista en asuntos de interés general. Tiene mucho en común con el comunicador y con frecuencia su papel se confunde con el del periodista.

Desde los tiempos de fray Servando Teresa de Mier, México ha contado con valiosos intelectuales de ese tipo. Muchos próceres de la Reforma cumplieron ese papel y, en las últimas décadas, en este rubro han destacado personalidades notables como Elena Poniatowska, con su denuncia de la represión al movimiento estudiantil y de la guerra sucia; Carlos Montemayor, con su alegato a favor de los indígenas; Carlos Monsiváis, en defensa de múltiples causas que van del respeto a la diversidad sexual a la defensa del voto; Fernando del Paso, con su plegaria contra la intolerancia del clero, y el poeta Javier Sicilia, que llama a detener la ola de violencia desatada por la “estrategia de seguridad” del gobierno.

El Telectual

Desde hace años, en México, los dueños de los consorcios masivos de comunicación han entendido la importancia del intelectual que actúa y tiene voz pública. Así, hemos visto cómo muchos de los grandes consorcios mediáticos han buscado crear sus propias figuras y para ello impulsan la carrera de gente que tuvo, en un momento dado, cierto prestigio académico o intelectual. Lo único que piden estos consorcios es que estos intelectuales entiendan y le den forma al discurso del poder económico y político. Estos personajes, al igual que los intelectuales públicos, asumen una postura activa ante los problemas de la sociedad, son activistas en asuntos de interés público, su papel se confunde con el del periodista y son figuras públicas por su alta exposición mediática. Sin embargo, no hay que confundirse. Estos informadores no son intelectuales públicos, sino intelectuales orgánicos del poder con exposición mediática, voceros de intereses poderosos, locutores de consorcios. Los empresarios los llaman “comunicadores”, pero como trabajan más para la televisión que para el intelecto, la gente ha dado por llamarles los telectuales. En la era neoliberal, estos señores han hecho de su habilidad para construir discursos un negocio muy sólido, y elaboran discursos a la medida del poder en turno.

Algunas perlas de la telectualidad nacional

A diferencia de los intelectuales públicos, los telectuales no son figuras éticas en la medida en la que defienden intereses y manejan, casi siempre, una agenda oculta; no son entes independientes (sin la tele o la radio se desvanecen); no cultivan ideas más que en la medida en la que le sirven al sistema; no buscan hacer avanzar la libertad y el conocimiento humanos, y cuando dicen “hablar por la sociedad”, en realidad expresan la opinión de los poderes fácticos.

Suelen ser gente brillante y por eso se sienten con la autoridad de defender las tesis más insostenibles. Por ejemplo, en su ensayo Un futuro para México, Héctor Aguilar Camín y Jorge Castañeda diagnostican que hoy México padece de “soberanismo defensivo”; poco después, los cables diplomáticos de la embajada de Estados Unidos filtrados por Wikileaks documentaron que la actual clase gobernante mexicana tiene la compulsión por ceder voluntariamente la soberanía.

Enrique Krauze no se queda atrás y publica, después de las elecciones de 2010, un texto en El País de España, en el que afirma que México está al fin entrando en la normalidad democrática: “elecciones presidenciales y legislativas limpias; un Instituto Federal Electoral confiable […] una Suprema Corte de Justicia independiente, cuyos fallos han sido respetados de manera universal […] libertad de expresión sin cortapisas en medios impresos y electrónicos”, y concluye: “Ahora la democracia mexicana podrá seguirse consolidando.” No hay peor analista que el que no se quiere enterar. Si no fuera por los asesinatos de varios candidatos, por la intromisión del narco que llevó a la prensa a hablar de narcoelecciones (¿Y tú, por qué cártel vas a votar?”), por las amenazas de atentados en las casillas de votación, por las incontables denuncias de fraude, por el financiamiento ilegal y abierto de empresarios a ciertos candidatos, por los dictámenes del Tribunal Electoral que dieron por buenos votos de casillas que no fueron instaladas, por la intromisión del Ejecutivo en las elecciones internas de un partido ajeno al suyo, por el monopolio informativo que ejercen Televisa y TV Azteca y por muchas, pero muchas otras lindezas semejantes, Krauze podría tener razón.

Hace unos días, en el periódico Reforma, Krauze escribió contra “la intolerancia política […] presente en los correos electrónicos, los blogs, las redes sociales […] en la política editorial de algunas publicaciones” y articulistas, y ahí alerta que esta intolerancia “se ha convertido en odio”. En su texto, Krauze afirma: “El odio proviene directamente de la impugnación (injustificada, en mi opinión) que se hizo al resultado de aquellas elecciones [y de los que rechazan] a la actual política de seguridad” en su “esencia” y que, al hacer esto, diluyen o relativizan la culpa de los criminales. Así, para Krauze, lo preocupante de la violencia en el país no es la ola de terror y sangre que asuela a ciudades como Juárez o Culiacán, sino la intolerancia política de ciertos articulistas (¿para qué hablar de 35 mil muertos, si podemos ir a esencias como el odio? ¿Quién rechaza la “esencia” –no los métodos y la estrategia– de la actual política de seguridad? ¿Quién diluye o relativiza la culpa de los criminales? ¿Qué tan infiltrados están los criminales en el poder?)

Si no hubiera tantas pruebas del fraude de 2006 (que van desde llamadas telefónicas de la Gordillo a gobernadores para negociar el voto, hasta actas adulteradas); si no estuviera tan documentada la alianza que urdieron el PRI y el PAN a espaldas de los electores; si Fox no hubiera declarado que “cargó los dados” –desde la Presidencia– contra López Obrador, tal vez se podría opinar –como Krauze– que la impugnación de esas elecciones es injustificada. Pero lo que es incuestionable es que el entonces ocupante de Los Pinos se negó a hacer un recuento de votos a pesar de que nunca pudo demostrar que ganó limpiamente esas elecciones.

Cuando Krauze plantea que el odio proviene “del rechazo a la actual política de seguridad”, está acusando de irracionales y violentos a los que cuestionan la estrategia del gobierno. Si la violencia del gobierno no hubiera desatado la de la delincuencia; si no hubiera miles de denuncias contra el Ejército por violaciones a los derechos humanos; si la ONU no hubiera pedido sacar al Ejército de las calles; si no hubieran sido asesinados tantos defensores de derechos humanos; si no hubiéramos tenido tantos “daños colaterales” que lamentar; si los ciudadanos que denuncian a los delincuentes no fueran entregados a ellos por quienes juraron preservar su anonimato; si el plan de seguridad combatiera el lavado de dinero; si las policías, el gobierno y la clase política no estuvieran infiltradas por el crimen organizado; si tantos analistas no hubieran advertido desde un principio de los riesgos de militarizar al país; si esa militarización no fuera anticonstitucional; si no hubiera decenas de denuncias (entre ellas las del relator de la ONU) de que se combate a todos los cárteles menos a uno; si el propio Calderón no hubiera reconocido que equivocó la estrategia pero no la cambió; si esa política no tuviera relación alguna con las decenas de miles de muertos, los miles de “levantones” y otros tantos miles de desaparecidos, entonces la acusación de Krauze podría tener algún sustento.

Pero eso no parece importarle a Krauze, pues su discurso es el del poder y el poderoso no tiene por qué argumentar. Las críticas contra la intolerancia política de la izquierda radical son viejas, han sido también bandera de un sector de la izquierda y, en gran medida, las compartimos. Sin embargo, usar hoy ese discurso contra los críticos del plan de seguridad se traduce en una acusación maniquea e infundada: “Quien no está con la política de seguridad de Calderón, está con el crimen organizado.” Ese sí que es un discurso de intolerancia política, una declaración de odio que nadie merece y lleva implícitas una amenaza y un chantaje inaceptables. Son dignas de un intelectual orgánico que opera para el poder.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2013/06/23/11105235-intelectuales-publicos-y-telectuales

Política e Estrutura de Classe no Brasil Pós-1988

PT-Partido-dos-TrabalhadoresTomas Rotta

Quais classes sociais representa o governo do PT? Ainda que o lulismo seguramente represente interesses específicos, a estrutura de classe no Brasil e as políticas a ela associadas certamente não são fáceis de compreender. Em recente debate entre Armando Boito e André Singer para a IX Semana de Ciências Sociais da USP, o tema foi abordado e discutido de maneira profunda. Boito teoriza o lulismo no Brasil como uma frente política neo-desenvolvimentista que organizou conjuntamente os trabalhadores marginalizados com a grande burguesia produtiva interna que vinha se desprendendo das políticas neo-liberais da era Collor-Itamar-FHC. Singer entende o PT como um governo que arbitra entre classes com o trunfo de liderar o sub-proletariado. Ambos debatedores aproveitam para analisar os anos democráticos de 1980 bem como os governos neoliberais dos anos 1990, situando o lulismo como uma vitória parcial dos trabalhadores em meio a um fluxo histórico neoliberal. Para Singer, por exemplo, o conservadorismo brasileiro está em nossa história de continuidades sem rupturas, na qual a mudança vem sempre comandada pelos de cima. A década de 1980 e os movimentos de massa, de maneira inédita, romperam com essa tradição conservadora ao organizarem transformações de baixo para cima. Singer e Boito apresentam suas teorias de classe no Brasil para então responderem à questão central de quais interesses estão representados no Partido dos Trabalhadores. Um debate de excelente qualidade. Aproveito para aqui fazer um resumo dos principais argumentos levantados.

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Cuadernos Políticos

Cuadernos_políticos
F.‭ ‬Javier Sigüenza R.

Presentación

Cuadernos Políticos fue una revista que se publicó entre‭ ‬1974‭ ‬y‭ ‬1990‭ ‬por Editorial Era.‭ ‬En ella confluyeron toda una generación de intelectuales críticos latinoamericanos que,‭ ‬con el ascenso de las dictaduras militares de la década del 70 en Centro y Sudamericana, tuvieron que exiliarse en México,‭ ‬ante la imposibilidad de ejercer su labor crítica de manera libre y por la amenaza siempre latente de la desaparición y la muerte.

Cuadernos Políticos fue animada por gente como:‭ ‬Bolívar Echeverría,‭ ‬Carlos Pereyra,‭ ‬Ruy Mauro Marini,‭ ‬Neus Espresate,‭ ‬entre otros.‭ ‬Para su publicación,‭ ‬colaboraron escritores tan importantes como:‭ ‬Carlos Monsiváis,‭ ‬Adolfo Sánchez Vázquez,‭ ‬Adolfo Gilly,‭ ‬Michael Löwy,‭ ‬por mencionar solamente algunos de la enorme lista de autores que publicaron en ella.‭ ‬La revista se caracterizó por su perspectiva crítico-marxista desde la cual se avocaron a reflexionar sobre los sucesos políticos más relevantes de América Latina y el mundo de esos años.‭ ‬Además,‭ ‬la revista difundió las reflexiones de otros pensadores críticos de Europa y Estados Unidos,‭ ‬fungiendo con ello como vínculo entre el pensamiento crítico latinoamericano,‭ ‬el europeo y estadounidense. Seguir leyendo Cuadernos Políticos

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